Mucho se dice sobre la "inclusión financiera" para las mujeres por tener el servicio de Mercado Pago en el celular, tanto para ahorrar como para hacer las compras. Sin embargo, es poco lo que se sabe sobre la información que la empresa tiene a disposición de sus usuaries, del modo en que esquiva las regulaciones del Estado y de las comisiones que cobra a vendedoras de todo tipo que llegan a perder casi el 5 por ciento de las ventas sólo por no poder afrontar un posnet.
El redoblante que suena de fondo tapa la voz de María Luz. Con una mano sostiene su celular y el dispositivo de Mercado Pago y con la otra hace gestos para indicar que va a reiniciarlo para poder cobrar los dos barbijos que acaba de vender en la calle Perú, en el microcentro porteño.
La empresa de Marcos Galperín no para de expandirse. Está entre los grandes ganadores de la pandemia y su valor bursátil supera al de YPF. El dato corre como una postal de época que todo el mundo conoce. Ya era así en 2019 y se intensificó por las medidas de reducción de la circulación que favorecieron el comercio electrónico y las plataformas de pago digital, dos sectores en los que Mercado Libre es líder local y regional.
¿Cómo fue que se convirtió en este pulpo que, a paso acelerado, incorpora nuevos segmentos de mercado? ¿Por qué tiene tan pocos competidores? ¿Es problemática su posición dominante?
Durante años fue la empresa mimada de Mauricio Macri y es, aún hoy, el caballito de batalla de los sectores que defienden las bondades del libre mercado y la iniciativa privada.
La inclusión como negocio
Ante la falta de alternativas, el símbolo de Mercado Pago se multiplica en los barrios donde los ingresos no alcanzan para cubrir lo básico.
Basta un sólo click para habilitar a ML para que disponga del efectivo que les usuaries tienen en sus cuentas. Y apenas un par más para aceptar las formas de financiamiento que ofrece: cuotas con intereses, comisiones para vendedores según el tiempo que necesiten para recibir el cobro, en general con costos mayores a los del ya encarecido sistema financiero.
María Luz logra conectarse y cobrar los $300 que cuestan los dos barbijos. Es una de las 100 transacciones por segundo que procesa Mercado Pago en toda América Latina. No sabe cuándo va a estar disponible el dinero para retirarlo ni cuánto es exactamente la comisión que le cobrarán. El monto varía según qué medio de pago use le cliente.
El cliente pagó con Mercado Pago. Según el tarifario, María Luz recibirá el dinero en 14 días pagando una comisión del 3,49% + IVA. Si lo hubiera vendido a través del posnet de un banco, lo recibiría en 2 días pagando 0,8% + IVA. Pero no puede acreditar los requisitos para abrir una cuenta corriente con descubierto y aún si pudiera, tampoco podría hacer frente a los $1800 de costo fijo por mes para mantener la cuenta y el posnet, tenga o no ventas.
“El miércoles procesamos más de 8.64 millones de pagos. Es decir más de 100 pagos por segundo, los 86400 segundos del día! Este hito refuerza nuestro espíritu innovador para democratizar los servicios financieros en todo Latam” twitteó esta semana Galperín. Arrogarse la inclusión financiera de los sectores populares es, desde hace años, uno de sus latiguillos.
Pero la democratización que dice promover no es tal, cuando se ve que nadie participa de la duplicación de su fortuna más que él. En apenas unos meses, escaló más de 500 puestos en el ranking de la revista Forbes.
Un pulpo muy hábil
Uno de los secretos de Mercado Libre es su habilidad para escapar a la regulación. Es comparable con un pulpo no sólo por su capacidad de absorber con cada tentáculo un negocio diferente, sino también por la posibilidad de camuflarse frente a quienes deberían controlar sus abusos.
Ante el Ministerio de Trabajo, no responden por los miles de personas que se dedican a hacer envíos (aun cuando trabajan exclusivamente para Mercado Libre). Ante el Banco Central, dicen no hacer intermediación financiera. Ante la Secretaría de Comercio, no son formadores de precios ni inciden en los márgenes de ganancia. Ante la Unidad de Información Financiera, no se hacen cargo del dinero que puede lavarse a través de su plataforma de ventas. Y así van, cambiando de actividad principal según la ocasión.
“Camila… Mochila reversible, tiene que ser tuya. No dejes pasar esta oportunidad”, dice el asunto de un correo que llega a mi casilla de mail. Basta consultar el precio de algún producto para recibir, enseguida, mensajes insistentes para que se transforme en una compra.
Como explica Cecilia Rikap, investigadora del CONICET y Université de Paris: “Otro asunto por el cual ML no es debidamente regulada es por el uso de los datos que obtienen de les usuaries, tanto compradores como vendedores. Tiene un acceso exclusivo a los datos de consumo, geolocalización y hasta capacidad de pago de 360 millones de usuarios de los cuales 44.2 millones realizaron al menos una compra en su plataforma en 2019”.
La información con la que cuenta MP sobre los vendedores es mucho más precisa que la tienen los bancos. Eso los hace correr con una ventaja muy grande: la posibilidad de calcular con mejor precisión el riesgo que implica otorgar crédito a cada usuarie.
Ante la pregunta de si es posible que surjan competidores en la región, Rikap explica que “por la especificidad que tienen los algoritmos, que mejoran cuantos más datos tienen, una empresa nueva necesitaría años y años de pérdida hasta poder hacerse de efectos de red que le garanticen acceder a información tanto de consumidores como vendedores. Por eso es que cuanto más tiempo pasa, más difícil será para cualquier otra empresa alcanzar a Mercado Libre”
Con Mercado Envíos, un segmento que impulsaron sobre todo a partir de la pandemia, se ve a las claras de qué modo innova la empresa: controlando ahora la logística de la comercialización, ejerce un rol dominante que le permite incrementar su margen de ganancia a costa de lo que pierden comerciantes y usuaries. Desde ese lugar, distribuyen las tarifas que les aseguran mayor rentabilidad (por envío, por venta, por financiación). Pero es un juego de suma cero. Cuando ML decide unilateralmente un aumento, el comerciante descarga lo que puede en el usuario. Lo que no, lo pierde.
“Estábamos a punto de cerrar y mi hija dijo, intentemos por Mercado Libre. Fuimos subiendo los productos y así logramos sobrevivir durante los meses en los que estuvo todo cerrado. Pero entre las comisiones y lo que nos hacen pagar a nosotros por los envíos, tuvimos que ajustar todos los precios”, cuenta Inés, dueña de una lencería del barrio de Almagro.
Para el 2021, a pesar de haber duplicado su facturación, ML promete crear apenas 16.000 nuevos puestos de trabajo en toda la región. A diferencia de lo que en general se sostiene, sólo un 25% de los puestos serán para el área de tecnología. El 70% irá a los nuevos centros de almacenamiento que ML incorporó con la intención de crecer en el segmento de logística, caracterizado por sus bajos salarios y condiciones laborales precarias. Peores condiciones les tocan a quienes llevan los productos a domicilio y ni siquiera son empleades por la empresa. Es el caso del cuñado de Inés, encargado de hacer los envíos de la lencería.
Al igual que plataformas como Uber y Rappi, Mercado Libre llama “colaboradores” a empleades y usuaries y festeja la falta de representación sindical de les trabajadores.
Mientras se le permita ser ese invertebrado capaz de camuflarse para escapar de las regulaciones que sí alcanzan a sus competidores (bancos, empresas de transporte, comercios), Mercado Libre será una más de las empresas que año a año contribuyen a ampliar las desigualdades sociales y seguirá teniendo las de ganar ante la falta de alternativas.
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